Amadeo Álvarez Builla y García Barrosa, natural de la parroquia de San Martín de Podes, de joven emigró a Cuba donde hizo fortuna. Al regresar a España fue socio fundador del Banco de Gijón que posteriormente presidió, adquirió la empresa “Industrial Zarracina” en la que comercializó un cava con el nombre de “Conde del Real Agrado” que posteriormente fue adquirida por la Compañía Valle, Ballina y Fernández, SA que actualmente elabora vinos en La Rioja con la denominación Real Agrado. Presidió también la compañía de cafés “Golfo de Guinea” y fue consejero de otras entidades bancarias e industriales como el Banco Hispano- Americano, Altos de Alberche, Telefónica e Hidroeléctrica del Cantábrico;en las Elecciones generales de de 1923 fue elegido Diputado por el Distrito de Llanes por el partido Reformista y fue condecorado en 1944 con Gran Cruz de la Orden Civil del Mérito Agrícola.
Se casó con María Silvestra García Alvera y Núñez de Villavicencio, quinta nieta del primer conde del Real Agrado. Fueron padres de tres hijos, dos varones: Gonzalo y Amadeo y una mujer. D. Gonzalo se casó con María Luisa de Urquijo y Losada (1911-1994) siendo padres de una única hija doña María Luisa Alvarez Builla y Urquijo, sucesora del título nobiliario a la muerte de su abuela.
Parece ser que el rey Alfonso XIII en 1931 antes de la proclamación de la Segunda República en agradecimiento a los favores económicos por parte de D. Amadeo rehabilitó el título nobiliario a favor de su esposa. Tenían un domicilio en Avilés, pero con frecuencia residían en Madrid y en esta casa solariega de San Martín de Podes.
Se dice que D. Amadeo no fue querido por sus vecinos ya que en una primera etapa se dedicó a realizar préstamos poniendo como aval las tierras de quien se lo pedía a sabiendas de que tal y como estaba la economía de la época nunca podrían saldar esa deuda y él se quedaría con el terreno. Muestra de ello es el monumento a su memoria que se erigió en 1948 a la muerte del conde a pocos metros de su palacio, en primer lugar fue desfigurado el rostro y posteriormente decapitado. La cabeza se envió a Madrid para su restauración pero se extravió y el busto decapitado permaneció en el suelo a los pies del monumento. En otras fuentes se menciona su generosidad como lo demuestra que este monumento fue financiado por suscripción abierta “en la que participaron personas de todas las clases sociales impulsadas por los mismos sentimientos de admiración y gratitud”.
Después la casa fue comprada por un matrimonio que la disfrutó durante unos años y posteriormente fue adquirida, en los años 70, por José Ignacio Quirós Extremera un gran coleccionista de coches antiguos. Éste fue llenando la finca de coches clásicos para convertirla en un museo del automóvil clásico. Tras algún problema financiero con el Banco de Santander la casa quedó abandonada convirtiéndose la finca con el paso de los años en un gran cementerio de coches antiguos cubiertos por la maleza.
Al documentarme sobre la casa veo que este último julio ha sufrido un incendio y solo quedan en pie sus muros exteriores.
La fachada principal con almohadillado en la parte baja está revocada en la planta superior. Destacan la puerta entre pilastras adosadas y en el piso alto dos salientes balcones rematados por frontón triangular y el escudo familiar entre ambos. En la fachada norte poseía una galería de madera acristalada sobre columnas de hierro. El edificio está rodeado por una extensa finca, hoy en día cubierta de maleza, y desde la galería podía verse el mar. Su interior era curioso ya que todas las estancias estaban comunicadas entre sí, en ocasiones por una puerta secreta.
Interior antes del incendio
Después del incendio
Fotos del interior después del incendio
Fotos antiguas
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María Luisa de Urquijo y Losada el día de su boda con D. Gonzalo
En 1912 con su padre el marqués de AmurrioJosé Ignacio Quirós Extremera
Fotos: http://www.forocoches.com